Luego del salvataje de Chávez, San Cor volvió a las pérdidas

www.lecherialatina.com  (11 de septiembre 2013)

  • Por suba de costos y bajos precios internacionales, tuvo un rojo de $ 305 millones. Faltan pocos días para que la mayor empresa láctea del país celebre –el 24 de setiembre– su 75 aniversario.

El festejo se impone, pero en la cooperativa SanCor hay muchas caras de preocupación. Y es que el último balance de la compañía arrojó una abultada pérdida, de 305 millones de pesos para el ejercicio anual cerrado el 30 de junio. La situación financiera es la más grave que atraviesa la empresa desde que en 2007, tras una intervención directa del ex presidente Néstor Kirchner, firmó un acuerdo con el gobierno de Hugo Chávez, por el cual Venezuela aportó unos US$ 80 millones a cambio de leche en polvo.

Ese programa –que vence en 2020 y ya permitió el repago de 23 millones– impidió que SanCor pasara a formar parte del conglomerado Adecoagro, en el que está el magnate George Soros, con quien ya había firmado un preacuerdo de venta que le permitía zafar de la pesada carga de la deuda que arrastra desde los 90, de más de US$ 200 millones. Oscar Carreras, presidente de SanCor en aquellos años, vuelve a estar al frente de la cooperativa en estos momentos difíciles.

SanCor mostraba resultados favorables desde 2010 y en el ejercicio 2012 incluso declaró ganancias por casi 765 millones de pesos. Pero ante una realidad comercial que se tornó hostil, Carreras comenzó a remover gerentes de alto nivel y está revisando las estrategias de la compañía. Comparado con su patrimonio, el rojo del último balance todavía resulta manejable. “Seguiremos tomando medidas y revisando todos los negocios”, dijeron en la empresa.

En su carta a los accionistas (61 cooperativas y 786 productores), Carreras anticipó que las circunstancias conducen “ al replanteo de las actividades que se realizan internamente y a la toma de decisiones impostergables”.

Ajustarse el cinturón y esperar mejores condiciones en el negocio lácteo parecen ser el mandato de la hora. Desde SanCor justificaron las pérdidas en factores sobre los cuales tienen muy poca posibilidad de control. Por caso, los precios internacionales de los lácteos (77% de la facturación anual, de 5.886 millones de pesos, respondió al mercado doméstico y el resto a la exportación) fueron bajos en el segundo semestre de 2012 y recién repuntaron este año. En el balance se hace mención también a un tipo de cambio “sin una evolución significativa”.

Todo junto en un año en el que se batieron los récords de exportación de la empresa. En este aspecto, la estrategia será profundizar los nichos de productos de alto valor agregado, como la leche maternizada que se envía a China, para evitar la “alta volatilidad” de los precios de la leche en polvo.

Otro detonante del mal resultado son los “mayores costos en toda la cadena de producción”, tanto en los pagos a sus productores como por la subas salariales. 

Lecheros y agricultura

www.diariolatribuna.cl  (11 de septiembre 2013)

En Europa y la mayor parte de las economías desarrolladas, sus gobiernos entendieron, a partir de los traumas de las grandes guerras, que necesitan una base alimentaria que sostenga a sus habitantes, que deben proteger su actividad agropecuaria, que –en suma- con la comida no se juega.

Después de la Segunda Guerra Mundial, los países envueltos en esta conflagración tomaron una decisión que han mantenido a rajatabla, pese a los vientos de apertura de los mercados a nivel internacional: defender su producción agrícola. Así, a través de esa determinación, la actividad queda a resguardo por medio de mecanismos de protección arancelaria o, derechamente, a través de la exclusión de ese rubro productivo en los acuerdos comerciales, tan en boga en las últimas décadas de economía global. 
La razón de dicha decisión es muy simple: la carestía de alimentos básicos o, derechamente, las hambrunas en los países en conflicto, especialmente en la Europa devastada por contiendas que ocurrieron en su territorio, fueron motivo suficiente para que sus gobernantes se hicieran la convicción que la producción de alimentos básicos debe asegurarse, es decir, mantener a resguardo al sector agrícola local y diferenciarlo de manera positiva frente a otras ramas de la producción nacional. No es un capricho. Es una decisión país. 
Sin embargo, en Chile, a contrapelo de los países desarrollados y bajo la premisa de los tratados de libre comercio de nuestro país con sus homólogas en todo el mundo, se avanza en un sentido justamente contrario. Una muestra es lo que sucede con el rubro lechero que, temporada tras temporada, continúa jibarizándose, es decir, va reduciendo el número de productores porque, simplemente, no les sale a cuenta. Los costos superan las utilidades, las contabilidades arrojan balances en rojo y si no se tiene la capacidad financiera de capear rachas negativas, lo más práctico es salirse del negocio. En caso contrario, se avecina el fantasma de la quiebra. 
Por eso, la aplicación de Nestlé de una baja de un 12% en el valor de la leche a sus proveedores de la provincia fue recibida como un nuevo balde de agua fría para los productores de la zona. A través del presidente de la Asociación de Productores Lecheros de Biobío (Aproleche) Biobío, Juan Pablo Aruta, calificó la decisión de la empresa –prácticamente el único poder comprador de las provincias de Biobío y Malleco– como inconsistente con sus proveedores, con las autoridades y el país. 
Explicó que a partir de septiembre, Nestlé eliminó un bono de $29/litro que aplicó entre mayo y agosto, tal como lo hizo en los demás distritos lecheros de la zona sur. Sin embargo, de acuerdo al dirigente gremial, no se habría diferenciado la realidad que en Biobío permite mantener condiciones de producción estables, a diferencia que las áreas más al sur, que basan su producción en praderas, las cuales generan mayor oferta en primavera. 
Esa condición no se concilia con los saludables precios de la leche en el mercado internacional, los más altos de la última década, con perspectivas que se observan favorables también en el mediano plazo. 
Para Aruta, el concepto de valor compartido, preconizado por la empresa en los últimos años, no se está cumpliendo al considerar la nueva pauta de precios para la temporada primavera-verano, lo cual está, a su juicio, condenando al sector productor a seguir por la senda del cierre sistemático de lecherías ante la ausencia de perspectivas de desarrollo sustentable del negocio. 
Los puristas de la economía liberal dirán que hay que dejar actuar al mercado, que el Estado sólo debe entregar los marcos generales de regulación de la actividad y cumplir un rol de fiscalización. Afirmarán que es impensable algún tipo de acción pública que altere el mercado, que las externalidades son aspectos que este mismo va corrigiendo con el tiempo. Sin embargo, en Europa y la mayor parte de las economías desarrolladas, sus gobiernos entendieron, a partir de los traumas de las grandes guerras del siglo pasado, que necesitan una base alimentaria que sostenga a sus habitantes, que deben proteger su actividad agropecuaria, que –en suma- con la comida no se juega. 

España: La falta de oferta dispara los precios de la leche

Fuente: Lechería Latina,  16 de septiembre 2013.

Los ganaderos temen un pacto entre las empresas lácteas para frenar la subida Los precios de la leche han experimentado en los últimos meses un incremento medio superior al 20% por el recorte de la oferta interior y la imposibilidad de importaciones baratas desde otros países comunitarios debido a la mayor demanda de los mercados internacionales. Las previsiones apuntan a que la subida seguirá en otoño.

Frente a unos precios prácticamente congelados de 0,29-0,30 euros el litro al inicio de la campaña, en la actualidad se han situado a un nivel de 0,36 euros en Galicia, principal área productora, para superar en otras zonas los 0,39 euros. Esta situación de las cotizaciones responde fundamentalmente a la falta de oferta con una producción en la campaña pasada de solo 6,2480.000 toneladas frente a una cuota de 6.262.000 toneladas en venta a las industrias… Para Román Santalla, responsable del sector ganadero de UPA, esta subida respondería a la situación de pérdidas atravesada en los últimos años que dio lugar a cierre de explotaciones, recorte de censos, venta de la recría para obtener ingresos, una peor alimentación con menores rendimientos y la mayor demanda exterior.

En otras condiciones, esta situación de déficit se estaría cubriendo con leche barata importada desde otros países comunitarios. Hoy es imposible por la existencia en esos países de unas cotizaciones superiores donde destacan los 0,48 euros que se llegan a pagar en Francia. Las razones de este nuevo panorama se hallan en la existencia de una mayor demanda, principalmente de leche en polvo, en los mercados internacionales donde destacan las compras de Rusia y China.

La situación de los mercados fue analizada la pasada semana por la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil) ante la previsión de que sigan subiendo las cotizaciones en otoño y las dificultades que tienen las mismas para aplicar esos incrementos en los precios finales que ofrece la gran distribución. En medios del sector se teme la posibilidad de que suscriban un pacto tácito para frenar las subidas. La industria tiene una doble estrategia. Hay un grupo de empresas lácteas, especialmente en las elaboradoras de quesos, como Garcia Baquero, Reny Picot o Entrepinares, que tiran del carro de las subidas para hacerse con más oferta nacional de leche.

Hay otras como Danone o Pascual, según organizaciones ganaderas, que son reacias a elevar los precios. En el caso de Leche Pascual, esta posición le está suponiendo pérdidas de recogida de leche y se achaca esa postura a las dificultades financieras del grupo que en junio tuvo que suscribir un crédito sindicado de 300 millones. 

Ser más que solo un proveedor

Fuente: Revista del Campo, El Mercurio,   16 de septiembre 2013.

  • El productor lácteo debe ser considerado dentro de los grupos de interés de la industria para que así se concreten las oportunidades que se vislumbran para el país. 

En una entrevista a Revista del Campo, Berry Martin, del comité ejecutivo de Rabobank, señaló que "si la producción agrícola no se enfrenta como un negocio, entonces no es viable", y que Chile tiene una tremenda oportunidad por delante para jugar un rol para abastecer las crecientes necesidades de alimento del mundo. El agricultor productor de leche actual tiene esto sumamente claro y se está convirtiendo en empresario agrícola. Sin embargo, las cifras del país no están alineadas con las oportunidades que menciona Martin.

Al mes de julio del año en curso, la producción nacional ha crecido solo en 1,5%. Las importaciones superan los 250 millones de litros, 25% más que el año 2012, mientras que las exportaciones llegan a 211 millones de litros, 15% menos que el año pasado.

Para dimensionar estas cifras, resulta interesante una comparación: la importación de leche a la fecha representa algo menos de lo que se produce desde la Araucanía al norte, también medido a julio.

Entre el aumento de las importaciones, que suman 50 millones de litros, y la disminución de las exportaciones, que alcanza los 37 millones de litros, sumado al aumento de la producción en 16 millones de litros, se completan cerca de 100 millones de litros que los chilenos estamos consumiendo. Esto representa un incremento de 6 litros per cápita respecto del consumo del año 2012. ¿Quién dice que hay señales de constricción en la demanda?

Revertir estas cifras involucra a todos los eslabones de la cadena láctea. Desarrollar el sector lácteo nacional requiere de empresarios agrícolas que hagan las cosas bien, pero que exigirán una rentabilidad al patrimonio cercana a la de la industria, en torno al 11%. Esta rentabilidad tiene que ver con productividad por unidad de superficie, precio de venta, costos, activos, pasivos y patrimonio involucrados. Cuando estas cifras se dan, se produce la tan necesaria expansión horizontal del sector: más tierra, más vacas, mayor inversión, pero con rentabilidad. Para apoyar estos emprendimientos está Rabobank y, aún tímidamente, están convenciéndose también otros actores, que además de evaluar el proyecto en sí evaluarán los planes de sucesión.

Históricamente el país ha crecido verticalmente, en base a la producción individual, escenario que podemos y debemos cambiar.

Por otro lado, una de las conclusiones principales del seminario "Empresas y stakeholders", organizado por la USEC y El Mercurio, fue la relevancia del prestigio y la reputación de las compañías por sobre el resultado operacional. En el seminario Claudio Hohmann señalaba que "la reputación corporativa debe ser el core business de las empresas". Estas conclusiones y aseveraciones resultan especialmente relevantes para el sector, porque el productor lechero debe estar considerado dentro de los grupos de interés de la industria, más que ser visto solo como un proveedor.

Con la velocidad que se transfiere actualmente el conocimiento y la información, el empresario agrícola está bien informado sobre las dinámicas de precios, mercados, resultados de empresas, entre otros, y pasa la cuenta cuando percibe que el core business de la industria es otro. Eso explica, al menos en parte, por qué la producción nacional crece a un ritmo menos rápido que la demanda.